El chalet, completamente renovado en el año 2018, se construyó el estilo típico menorquín y situado dentro del complejo SolMar situado a pocos pasos de la orilla del mar en Cap d'Artrutx, donde se puede disfrutar de agradables paseos por el litoral admirando el magnífico puesta de sol del extremo oeste de la isla. Consta de dos habitaciones dobles, una sala de estar, una cocina, un baño con ducha, un patio, una ducha al aire libre y un jardín privado. Cuidadosamente amueblado está equipado con todas las comodidades. Especialmente adecuado para parejas y familias con niños y para aquellos que aman la paz y la relajación. Las dos piscinas (una para niños) están inmersas en un espacio verde grande y bien cuidado y son comunes. Las playas más cercanas, Cala en Bosch y Son Xouriger, están a 5 minutos en coche. Se recomienda alquilar un auto. El auto puede ser aparcado en frente de la casa. - Trona y cuna disponibles bajo petición. - La quinta cama consiste en un sofá cama. - Los huéspedes recibirán sábanas, toallas y manteles de cocina. El cambio es semanal. En el apartamento, las mascotas solo están permitidas si el tamaño es pequeño a un costo de 35 por semana.

El mar es una constante en la decoración de las casas menorquinas. Su cercana presencia evoca una sensación de paz y serenidad. La sutileza estética del estilo mediterráneo y el encanto del look bohemio son dos de las características que definen muy bien las casas menorquinas y que resultan indispensables para esta placentera atmósfera. Las casas de estilo mediterráneo son muy evocadoras. Su blanco interior, su decoración en clave natural y su sencillez nos hacen soñar con el sol. En un paraje idílico se encuentra uno de los pueblos de pescadores con más encanto de Menorca: Fornells. Fornells es un encantador pueblo pescador que respira mediterraneidad entre sus callejuelas encaladas y su agradable paseo marítimo repleto de restaurantes. Dicen que Menorca regaló a los pescadores una bahía donde refugiarse de la tramontana. Este encantador lugar se llama Fornells. Echamos anclas y hacemos una pausa para degustar la tradicional caldereta de langosta, pescada a pocos metros del puerto. Para ello, nada mejor que una mesa a la sombra con buen marisco.